Los efectos de la contaminación van mucho más allá que el cambio climático. La salud de las personas y la economía se ven muy perjudicadas, y los beneficios de un cambio superan con creces los costes de implementarlos.
La mala calidad del aire se debe principalmente a las emisiones a la atmósfera de la actividad humana: por el transporte (la principal fuente emisora), la industria o los edificios, entre otros. Esta contaminación es la causante de las emisiones de diferentes tipos de partículas en el aire. Por un lado, podemos encontrar el dióxido de azufre (NO2) causado por los coches (sobre todo motores diésel), que cuanto más antiguos son, más perniciosos; las partículas en suspensión (PM2.5 , partículas de tamaño inferior a 2.5 micras y PM10 , de un tamaño superior a 10 micras); y, también encontramos ozono troposférico (03), dióxido de azufre (SO2) o benzeno (a) pureno (BAP).